Alguna vez te has preguntado ¨ ¿Por qué tengo que pasar tanto tiempo en una sala de recuperación tras una operación si ya me siento bien? ¨. Posiblemente la incomodidad de permanecer en un frígido hospital un par de días tras haber sido intervenido quirúrgicamente en una operación de bajo riesgo te ha hecho cuestionar si este procedimiento es realmente necesario. Independientemente de la duración de la operación o gravedad de la patología, es imprescindible que el paciente permanezca en constante seguimiento debido a las posibles secuelas y efectos fisiopatológicos que se podrían surgir provocadas por los fármacos implicados en el proceso anestésico. Tomando esto en cuenta, la monitorización de constantes vitales es indudablemente un factor ineludible en el estado postquirúrgico del paciente.
Ante esta situación, surge una nueva pregunta: ¿Cómo logro satisfacer los estándares de seguridad postquirúrgicos añadiendo la función de realizarlo en la comodidad de mi hogar? Para conseguirlo es necesario realizar lecturas de parámetros tales y como presión arterial, pulso, respiración y constantes vitales por medio de dispositivos de alta tecnología que puedan ser operados ya sea por el paciente o su cuidador. Adicionalmente, estas lecturas tendrán que ser transferidas a una base de datos en el hospital donde puedan ser visualizadas por un médico. Hoy en día, todo esto es posible gracias a la aportación de la telemedicina.
La Telemedicina, en ocasiones llamada ¨eSalud¨, es la aplicación de las ciencias de la comunicación e informática a la medicina. Esta implica desde un par de doctores discutiendo un caso clínico vía teleconferencia hasta una intervención prostática ejecutada por un robot operado por un cirujano a kilómetros de distancia. Para conocer los inicios de la telemedicina es necesario regresar a 1924, cuando apareció por primera vez un artículo titulado ¨Doctor por Radio¨ en la revista americana Radio News, el cual describía un esquema detallado de la circuitería implicada para lograrlo. Años después comenzaron los intentos por desarrollar equipos para transmitir imágenes radiológicas a través del telégrafo. Décadas más tarde, la CATAI logro la primera cuantificación de ADN a distancia, cuya aplicación se enfocó en el análisis de factores pronósticos del cáncer de mama.
A modo de ejemplo y retomando la pregunta inicial, hoy en día es posible llevar a casa un dispositivo registrador y transmisor de eventos electrocardiográficos. El procedimiento es simple; con una guía integrada en el dispositivo, el paciente colocara los electrodos en las regiones especificadas y las lecturas se realizarán en cuestión de segundos. Una vez registradas, se generará una transmisión directa de datos ECG de alta resolución por red celular hacia la estación de recepción preestablecida. Cabe mencionar que dicho dispositivo es pequeño, portátil y alimentado por batería.
La incorporación de la telemedicina incluye diagnóstico y tratamiento, convirtiéndose en un gran recurso tecnológico que permite optimizar los servicios en el sector de la salud. Una de las funciones principales de la telemedicina consiste en llevar la atención médica a regiones remotas donde dichos recursos son escasos. De esta manera, las personas que habitan en zonas rurales tendrán acceso a una atención médica eficaz. Por otro lado, las grandes ciudades presentan un problema de sobrecarga de pacientes en espera del servicio médico. Con el uso de la telemedicina, un gran porcentaje de ellos serán atendidos a distancia agilizando el flujo de pacientes en los hospitales.
Las aplicaciones de la telemedicina en la práctica médica se organizan de la siguiente manera:
Con el empleo de la tecnología informática, es posible realizar consultas, diagnósticos, tratamiento, educación médica y cirugías a distancia. Como antes mencionado, dichas actividades se enfocan en comunidades que no cuentan con los recursos necesarios y en ubicaciones geográficamente desfavorables.
La telemedicina aplicada al almacenamiento de datos y fichas del paciente consiste en sistemas de interoperabilidad de información tales y como el HL7 (Health Level 7), utilizado por alrededor del 95% de los fabricantes de software de salud a nivel global. El HL7 es un conjunto de estándares y protocolos cuyo propósito es facilitar la comunicación informática en el sector clínico. A modo de ejemplo, los monitores de signos vitales más sofisticados incluyen este sistema, el cual por medio de una notación formal de UML y un metalenguaje basado en etiquetas ofrece una comunicación eficaz entre equipo de distintas funciones y personal de distintas unidades.
Cada día más y más hospitales se suman al mundo de la telemedicina, esto debido a los grandes beneficios que ofrece su tecnología. Los diseños ergonómicos y altamente portátiles del equipo telemedico se han convertido en los más utilizados por los expertos de la salud. Además, este recurso ofrece una solución atractiva para problemas económicos y espaciales de una unidad hospitalaria. Hoy en día, los hospitales de mayor proyección han implementado la telemedicina como complemento a sus actividades médicas. Finalmente, la implementación de la telemedicina en el sistema de salud de nuestro país se ha vuelto indispensable y un tema de alta trascendencia en la época actual.